El desarrollo de las habilidades básicas del movimiento en el tenis

26 de enero, 2021

Escribe: Nicolas Paccione

Hoy en día la preparación física eficiente de un tenista conlleva tener en cuenta muchos factores, no solo aquellos relacionados a la mejora de sus habilidades (saque, revés, volea) y capacidades físicas (fuerza, resistencia, potencia, velocidad) sino también al desarrollo de aquellos factores que componen el movimientos de base (movilidad y estabilidad) necesarios para fomentar el desarrollo seguro de todas estas.

Por desarrollo seguro hacemos referencia a que el trabajo de estas bases se ve reflejado tanto en el rendimiento (a partir de la mejoría de la calidad de movimiento) como también en la disminución de la incidencia de lesiones al final de una temporada.

Pirámide de rendimiento óptimo:

 

Desde los fundamentos del movimiento a las habilidades específicas:

Esta imagen, representa la importancia de los fundamentos del movimiento (parte baja dela pirámide) como base para potenciar el desarrollo de las capacidades del movimiento (parte media de la pirámide) y mejorar factores como la técnica y la habilidad deportiva (parte superior de la pirámide). A partir de este enfoque, planteamos el entrenamiento de un tenista basado en la educación de su movimiento.

En la práctica cotidiana de nuestra profesión encontramos tenistas con muy buenas habilidades específicas, pero con déficit importante en sus patrones de movimiento de base (falta de movilidad articular, falta de estabilidad, falta de flexibilidad, entre otras). Esto lleva a distintas alteraciones y compensaciones que disminuyen el rendimiento, el control motor y aumentan el riego de sufrir una determinada lesión.

Movilidad vs. Estabilidad: ¿Qué estructuras de nuestro cuerpo están diseñadas para cada una de estas funciones?

Este gráfico representa lo que Grey Cook y Michael Boile llaman “joint by joint” (“Articulación por articulación”). Hace referencia a las demandas predominantes de movilidad y estabilidad de los distintos núcleos articulares de nuestro cuerpo.

Este enfoque plantea que hay ciertas articulaciones que necesitan ser más estables (mayor capacidad de resistir el movimiento, mayor control motor), mientras que otras deben ser más móviles (mayores rangos de movimiento y flexibilidad) y que por entonces, si alguna articulación incumple su función, las más cercanas sufrirán las consecuencias.

Pongamos como ejemplo dos zonas de nuestro cuerpo: cadera y columna dorsal. Sabemos que estas dos articulaciones tienen una función predominante que es la movilidad. Haciendo un paralelismo con el tenis, uno de los movimientos en donde estas articulaciones se comprometen, es el revés: el cual implica una demanda en el plano rotacional. ¿Qué pasa si estas articulaciones no cumplen con la rotación requerida para el revés? Lo más probable es que otra parte de nuestro cuerpo que no está preparada para esta función haga la rotación. Esto generalmente es una de las causas que puede estar implicada en el desarrollo de una lesión.

Nuestra función como kinesiólogos y preparadores físicos en el tenis va a estar orientada no solo a el desarrollo de las habilidades específicas del deporte (ejemplo mejorar la fuerza de su saque, su capacidad de reacción, entre otras) en nuestros alumnos, sino que también a reforzar estas bases de movimiento de nuestros entrenados con una visión a futuro para disminuir los factores de riesgo de LESION y mejorar el rendimiento de nuestros entrenados.

Autores:

  • Cook, G. (2010). Movement. Functional Movement Systems. California: On Target Publications.
  • Peña, G., Heredia, JR., Segarra, V (2014). Functional Movement Screen (FMS) a la palestra: ¿Qué nos dice la ciencia?. G-SE.
  • Martínez, Antonio (2015) Perfil preventivo deportivo: Una herramienta de valoración funcional